El campeón supermosca David Núñez y su entrenador Federico De Lellis compartieron su inspiradora historia en «Boxeo de Barrio», revelando los desafíos y el inquebrantable apoyo detrás de su éxito.
- De las calles de Perú al estrellato argentino: David Núñez comenzó a boxear a los 13 años en Perú para defenderse, pero fue en Argentina donde encontró su pasión y forjó su camino profesional.
- La forja de un campeón: La relación entre Núñez y su entrenador, Federico De Lellis, surgió de la necesidad de sparring y se consolidó en el gimnasio, llevando a la conquista del título sudamericano.
- Disciplina de campeón: Núñez revela su estricto régimen de entrenamiento de tres turnos diarios y una dieta controlada por su esposa, demostrando una dedicación férrea.
- El negocio familiar, un pilar fundamental: David y su hermano llevan adelante «Drapion», un emprendimiento de ropa que les permite costear los gastos de la carrera boxística y honrar la memoria de su padre.
En una emotiva y reveladora entrevista para el programa de stream «Boxeo de Barrio», conducido por Joaquín Ramos y Daiana Bolla, el campeón sudamericano de peso supermosca, David «El Escorpión» Núñez, y su experimentado entrenador, Federico De Lellis, abrieron las puertas a su mundo, compartiendo los sacrificios, la pasión y el invaluable apoyo que los han llevado a la cima.
Núñez, oriundo de Chosica, Perú, relató sus humildes comienzos en el boxeo a la temprana edad de 13 años, una necesidad para defenderse en las calles. Sin embargo, no fue hasta los 19 que el deporte de los puños se transformó en su verdadera pasión y su camino hacia la profesionalización. «Me alejó de los problemas, me centralizó, me enfocó», confesó el campeón, quien hoy reside en San Fernando con su esposa e hijos.
La conexión con su actual entrenador, Federico De Lellis, surgió de la particularidad de la categoría supermosca en Argentina. Ante la escasez de sparrings, sus caminos se cruzaron en sesiones de guanteo. De Lellis, con un dejo de humor, mencionó la partida del anterior entrenador de Núñez a Noruega, lo que abrió las puertas a una relación que no solo se ha forjado en el ring, sino también en el respeto mutuo. «Él me conoce, yo lo conozco, tenemos buena relación», afirmó Núñez sobre su vínculo con De Lellis, destacando la importancia de la química en el equipo.
La preparación de un campeón, según Núñez, es constante. Reveló un riguroso esquema de entrenamiento que incluye tres turnos diarios: correr, preparación física con Santi Bisieri y sesiones de boxeo con De Lellis y Roma Romero. A esto se suma una disciplina alimentaria de hierro, supervisada por su esposa, quien, según sus palabras, es su «nutricionista». Este nivel de compromiso es posible gracias al apoyo familiar que le permite balancear su carrera con su vida personal y laboral.
Precisamente, el campeón subrayó la importancia de su emprendimiento de ropa, «Drapion», un negocio familiar que lleva adelante con su hermano y que se ha convertido en un pilar fundamental para sostener su carrera deportiva. «Mi mamá siempre vendió ropa, nos manejamos con el tema de las ferias, de las ventas mayoristas», compartió Núñez, emocionado al recordar a su padre, Fabián Benítez, quien los inspiró en el mundo del trabajo y el emprendimiento.
En cuanto al panorama del boxeo argentino, De Lellis lamentó la falta de reconocimiento masivo para talentos locales, a pesar de sus logros internacionales. La conversación también se adentró en el creciente fenómeno de los «streamers» en el boxeo, generando un debate sobre si su incursión realmente beneficia al deporte profesional.
Con la mira puesta en un título internacional, David Núñez, conocido por su apodo «El Escorpión» (un tatuaje en honor a su padre, de signo Escorpio), se mostró optimista y agradecido por el apoyo incondicional de su equipo y su comunidad. Por su parte, Federico De Lellis no dudó en destacar a otros prometedores talentos de su gimnasio, como Alan Bonco, Alexander Domínguez, Marco Villafañe y Agustín Torres.
La entrevista en «Boxeo de Barrio» no solo dejó al descubierto la faceta deportiva de David Núñez, sino también la humana, marcada por el esfuerzo, la perseverancia y el inquebrantable espíritu de una familia que lo acompaña en cada golpe y en cada sueño.
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